Osteopatía visceral

La osteopatía visceral es la rama de la Osteopatía que se ocupa de armonizar órganos y vísceras, mejorando la función de estos; la utilidad de las manipulaciones sobre el sistema digestivo es principalmente liberar adherencias que puedan dificultar el riego sanguíneo de los mismos, intervenir en casos en donde se presentan secuelas de cirugía, secuelas de infecciones y descenso de órganos. Sobre la caja torácica se trabaja la mecánica respiratoria, principalmente y las relaciones que esta tiene con la columna dorsal y cervical. 

HISTORIA

La Osteopatía visceral se desarrolló en Francia inicialmente, a partir de los aportes de Thure, Brandt y Staffer ,quienes establecieron las primeras técnicas basadas en una movilidad provocada por la inspiración pulmonar y el descenso del diafragma que arrastraba con él a las vísceras. En Suecia a finales del siglo XIX, THURE BRANDT describió unas técnicas manuales diagnósticas y terapéuticas para tratar los trastornos de los órganos del abdomen y de la pelvis en particular de la esfera genital los cuales fueron desarrollados por STAPFER, un ginecólogo francés que hizo énfasis en la normalidad de la función con la correcta postura de los órganos y patologías relacionadas con un útero o un ovario en mala posición. Otro médico francés GLENARD, describió métodos de examen para diagnosticar los trastornos del funcionamiento. En 1970 dos Osteópatas franceses PIERRE BARRAL y PIERRE MERCIER describieron un ritmo propio de las vísceras con un movimiento específico relacionado con la respiración, el diafragma y con el Movimiento Respiratorio Primario. Actualmente el Instituto Barral en Francia Fundado por Jean-Pierre Barral, D.O., está dedicado a la educación, entrenamiento e investigación de las técnicas de Manipulación Visceral, realizando actividades de formación a nivel nacional como internacional. Jean-Pierre Barral establece los principios de los movimientos fisiológicos de las vísceras los cuales son independientes de las serosas que envuelven a los órganos.

EN QUE SE BASA LA OSTEOPATIA VISCERAL

A partir de investigaciones se ha encontrado que los órganos tienen dos tipos de movimientos:

  1. EL PRIMERO LA MOVILIDAD VISCERAL, que es el movimiento con respecto a las demás estructuras o como el movimiento de las vísceras en respuesta a fuerzas externas. El movimiento voluntario como el del diafragma y el involuntario como el latido del corazón crean estas fuerzas externas que empujan y tironean las vísceras.
  2. EL SEGUNDO, LA MOTILIDAD VISCERAL, es el movimiento propio del órgano, es individual para cada órgano en ejes y amplitud y traza el camino del desarrollo, desdoblamiento y migración embriológico, oscila entre un acento del movimiento embriológico y regreso a la posición original. La motilidad visceral es perceptible al tacto pero requiere un entrenamiento en este sentido. La motilidad visceral es propia de cada órgano, cuya frecuencia es de 6a 8 ciclos por minuto. Es un movimiento de dos tiempos: uno, llamado “espir”, lleva el órgano hacia el eje mediano del cuerpo; el otro, “inspir”, lo aleja de él.

Las vísceras están envueltas por membranas serosas lubricadas por un líquido seroso; de tal forma que con los movimientos del tronco, la respiración costal y el Movimiento Respiratorio Primario, los órganos pueden deslizarse unos sobre otros. Cuando un órgano tiene restricciones de movimiento, no puede moverse con armonía debido a un tono muscular anormal, adhesiones, desplazamientos, esto se traduce en que afecta a otros órganos, membranas musculares, fascias y estructuras óseas.

COMO FUNCIONA

El Doctor GLENARD calculó la amplitud normal de los movimientos viscerales y estudió sus ejes de movilidad con respecto a sus puntos de inserción en relación con el diafragma y las otras vísceras. Si se suman los movimientos que hace un hígado, se le calcula que recorre 700 metros por día. Un riñón 600 metros por día y una disminución en este movimiento altera su fisiología afectando su circulación tanto para la absorción de nutrientes como para la eliminación de desechos.

TRATAMIENTO

El tratamiento consiste en aplicar una serie de manipulaciones específicas a las vísceras, encaminadas a devolverles la movilidad fisiológica normal. Una lesión visceral puede estar relacionada con una lesión vertebral, o la lesión vertebral puede mantener la lesión visceral. Por esto, antes de realizar un tratamiento visceral se tiene que normalizar la movilidad de la columna vertebral. También se ha encontrado que actuando sobre los centros nerviosos a lo largo de la columna vertebral se puede conseguir un efecto reflejo en los órganos relacionados actuando sobre el sistema nervioso autónomo, que une los nervios de la columna vertebral a los huesos, la piel, los vasos, los músculos y las vísceras. El osteópata puede actuar a varios niveles para realizar el tratamiento Primero, restablece la función del sistema nervioso central a través de la normalización del mecanismo cráneo sacral Segundo, trabaja sobre la columna vertebral y el sistema vegetativo vertebral. En tercer lugar, se interesa en el órgano mismo y en los órganos vecinos en su posición, su movilidad y su motilidad, trabaja sobre las fascias que envuelven el órgano, lo sostienen o lo bloquean. El osteópata mediante la “Manipulación Visceral” es capaz de localizar tensiones anormales de los órganos y manipularlos para eliminar tensiones, posiciones anormales, etc., permitiendo al cuerpo, una vez logrado su estado original, recuperar la funcionalidad de sus órganos y alcanzar el equilibrio. En la manipulación visceral se restaura el movimiento del área restringida mediante pequeños y exactos movimientos y presiones dirigidas que abren las áreas tensionadas.

QUE PERCIBE EL OSTEOPATA

El Osteópata puede sentir bajo sus dedos la huella de un traumatismo ocurrido años atrás al encontrar tensión y restricción en la movilidad de las fascias que son consideradas “ la memoria del cuerpo”. Con sus manos, el osteópata visceral «escucha, siente, ve y percibe» los movimientos espontáneos, involuntarios y rítmicos de cada víscera y órgano del cuerpo y detecta sus posibles desarreglos. Ya identificada la lesión aplica técnicas para tratar los espasmos, contracturas, liberar los nudos de antiguas lesiones, deshacer las adherencias causadas por cicatrices, devolver la elasticidad a los tejidos, recuperar la macro y micro circulación de la zona, y por ende recuperar la movilidad y la función. Cuando un abdomen está normal a la palpación es elástico y homogéneo y no se puede sentir la presencia de los órganos. Si a la palpación se encuentran los órganos aumentados de tamaño, dolorosos, duros, sensibles o por fuera de su posición normal, como es el caso de un estomago doloroso e intestinos duros, un hígado inflamado o duro, esto está indicando la presencia de tensiones, retracciones, adherencias, fibrosis, espasmos, problemas circulatorios, etc.

CAUSAS DE LESION

Las vísceras están unidas al diafragma a otras vísceras, a las vértebras, a los músculos a través de las fascias (aponeurosis) formando articulaciones viscerales. Las disfunciones mecánicas de la movilidad y motilidad de la articulación visceral tienen como origen una restricción en la movilidad visceral fisiológica secundaria a adherencias y fijaciones que conllevan a un trastorno funcional, alteraciones del drenaje linfático y congestión de los órganos, las cuales si no se corrigen pueden llevar a una lesión estructural del nivel medular al cual corresponden y en sentido contrario cualquier lesión musculo esquelética repercute a través de la fascia sobre la víscera limitando sus movimientos. Las vísceras no tienen terminaciones sensibles al dolor pero sí sus envolturas, de manera que cuando determinados factores afectan a estas envolturas se genera un reflejo neurovegetativo. Las restricciones de movimiento visceral pueden ser provocados por posturas forzadas, infecciones de las membranas viscerales, cirugías previas, traumas ( Por ejemplo la compresión de cinturón de seguridad en un accidente de coche, que transmite el choque a varios órganos abdominales y torácicos que causan que estos tejidos se tensen) etc. El cuerpo tiende a adaptarse a estos puntos de tensión y restricciones de movimiento, a costa de otras estructuras. Esta situación crónica, provoca irritación, falta de movilidad y deficiente irrigación sanguínea, que acaba por preparar el terreno para disfunciones y enfermedad. Cuando un órgano no puede moverse libremente, el cuerpo se adapta a costa de otras estructuras. Por ejemplo, la tensión delante del abdomen producirá que el cuerpo se doble adelante para evitar estirar el área. De la misma manera con la tensión sobre un lado del cuerpo torcerá a aquel hacia ese lado. Con el tiempo el cuerpo adaptará su postura para evitar estas restricciones. Provocando posiciones anómalas que inducirán otras patologías.

El movimiento visceral se puede ver alterado por dos factores:

  1. Factores gravitatorios que provocan desequilibrio
  2. Factores conjuntivos que ocasionan esclerosis, fibrosis adherencias y retracción.

BENEFICIOS DE LA OSTEOPATIA VISCERAL

Mediante una serie de técnicas específicas, se diagnostica e interviene, disfunciones relacionada con corazón, pulmones, aparato digestivo y reproductor. La osteopatía visceral está indicada en múltiples patologías como: Hernia hiatal, gastritis, problemas menstruales, dismenorreas, amenorreas, adherencias intestinales, estreñimiento crónico, disfunciones renales, asma, incluso hipertensión arterial. El Osteópata se interesa por cualquier estructura que pueda bloquear, comprimir, o perturbar el acopio sanguíneo e irritar las fibras nerviosas. Las técnicas viscerales pueden:

  • Devolver un órgano a su posición correcta.
  • Aliviar el tejido congestionado,
  • Eliminar adhesiones tras una intervención quirúrgica y mejorar su función muscular.
  • El osteópata estimula y recupera la circulación arterial, venosa y linfática local, regional y sistémicamente.
  • Alteración de la función intestinal: Congestión hepática
  • Fijación del diafragma
  • Alteración de la función respiratoria
  • Alteración de la función cardiaca
  • Trastornos estructurales que pueden afectar la parte visceral ejemplo: Una disfunción de la 2ª vértebra cervical puede repercutir sobre el ojo. Una disfunción de la 3ª a 6ª vértebra cervical puede causar una fragilidad y un mal drenaje de las amígdalas. Una disfunción lumbosacra puede causar un desarreglo de los mecanismos neuro-vasculares útero-ovarios provocando dolores menstruales.
  • Alteración de la función reproductora. Anteversión uterina
  • Alteración de la función excretora. cistitis, incontinencia urinaria, etc.
  • Espasmo del musculo liso de una víscera.
  • Descenso de una víscera.